Comencé a trabajar en un edificio maravillo lleno de tradición e historia. La Casa Llotja de Mar de Barcelona uno de los lugares que siempre había visto como un lugar maravilloso de otro tiempo dentro de una Barcelona contemporánea. Las reuniones del mercado abrieron mi persona a hablar con gente nueva de muchos lugares y he de agradecer a aquellas personas y a ese trabajo en gran parte quien soy actualmente. De esa experiencia saque muy buenos momentos con gente maravillosa de la que tengo una gran recuerdo y a la que siempre estaré agradecida.
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